Queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los que nos acompañaron en el webinar "Feminicidio el 7 de octubre: Una historia que no te han contado", organizado por la Oficina de Presidencia de Israel, Combat Antisemitism Movement (CAM) e Israel, Leche y Miel.
Fue un espacio para dar voz a las víctimas, para denunciar la barbarie y para exigir justicia. Queremos que el mundo entero conozca la verdad sobre lo que sucedió aquel 7 de octubre, sobre el genocidio que perpetró Hamás contra el pueblo israelí.
Más allá de los números y las estadísticas, detrás de cada víctima hay una historia, una familia, un sueño truncado. Y es nuestro deber como seres humanos honrar su memoria y luchar por un futuro más justo y pacífico.
Durante el webinar pudimos escuchar a Michal Herzog, esposa del presidente de Israel, quien expresó: “Nuestra misión es hablar en nombre de las víctimas cuyas voces fueron arrebatadas, hablar por el bien de todas las mujeres en todo el mundo y evitar que estos horrores se repitan en conflictos dondequiera que ocurran en el mundo. Seguimos comprometidos a trabajar para que los rehenes regresen a casa y seguimos defendiendo los derechos de las mujeres en todas partes”.
También pudimos conocer el impactante testimonio de Ilana Gritzewsky, una joven mexicana secuestrada el 7 de octubre en el kibutz Nir Oz, quien nos permitió acercarnos un poco más a los horrores vividos por centenares de víctimas del terrorismo y la barbarie de Hamás ese trágico 7 de octubre.
A su turno, la periodista y ex política catalana, Pilar Rahola, fue clara al asegurar que "el feminismo traicionó a las víctimas del 7 de octubre" y agregó: "Ha habido silencio, complicidad e incluso aplauso. Lo que significa que ese feminismo que nació como un pacto ético ha dejado de tener sentido, tal como lo conocíamos".
El Director de Asuntos Hispanos de Combat Antisemitism Movement (CAM), Shay Salamon, sostuvo que "ha pasado casi un año desde los horrores del 7 de octubre y las imágenes y las historias aún nos desgarran el corazón. No lo hace menos la indiferencia y el silencio de personas, entidades y movimientos mundiales, por no hablar de la hipocresía de los responsables y dirigentes de nuestro continente. Esta es nuestra realidad. Y por ello, todos tenemos el deber de alzar nuestras voces por las víctimas y en apoyo de los supervivientes y sus familias".